El suicidio es siempre un tema espinoso, difícil de tratar, por eso llama tanto la atención que en “Un suicidio para Laura”, la nueva novela de Mabel Espiñeira, se trate el tema con cierta naturalidad, desdramatizándolo (sin quitarle importancia por supuesto) y normalizándolo.

Hemos podido charlar con ella sobre su propuesta literaria, el proceso creativo y sus planes de futuro.

Buenas tardes Mabel, la primera pregunta es simple: ¿Cómo surgió la idea para tu libro?
Reconozco que debo ser algo peculiar a la hora de escribir, porque cuando comienzo no tengo un esquema o una idea clara de toda la obra. Simplemente, en esta ocasión, quería escribir sobre lo tremenda que puede ser la soledad en la vida de una persona que está entrando en el ocaso de su vida y como puede influir en su manera de ver el mundo. Y de ahí, poco a poco, fueron surgiendo nuevos personajes secundarios, como el de Isabel, por ejemplo, que para mí se hizo muy importante.

Un Suicidio para Laura trata un tema que, de primeras, puede parecer chocante, e incluso tabú: el suicidio. Además, lo haces desde un punto de vista bastante peculiar: la protagonista no desea suicidarse por que tenga problemas, o sufra alguna enfermedad grave, simplemente, ha perdido la curiosidad por lo que le espera cada mañana, digamos que “se ha aburrido de vivir”, y decide buscar la mejor manera para acabar con su vida. ¿Eras consciente desde el primer momento que este planteamiento iba a ser “chocante” para el lector? ¿Buscabas hacerle reflexionar de algún modo?

Si, era plenamente consciente de que el tema es difícil y la manera de tratarlo, extraña, por decirlo de algún modo. Quiero aclarar que a pesar del tono irónico y mordaz de la novela en ningún momento he pretendido ofender sentimientos. El suicidio es algo tremendo y que me merece mucho respeto. Así lo veo y así he intentado tratarlo; pero también quitarle un poco de hierro al asunto. El quid de la cuestión creo que radica en que Laura no desea morir de verdad; sino que lo que no quiere es seguir viviendo,que aunque parezca una perogrullada, no es lo mismo. Ha perdido las ganas de vivir, pero en realidad no desea morir porque vemos a través de la obra que ninguna de las posibles muertes le parece digna de ella; unas porque pueden ser dolorosas; otras porque la presentarían “desfavorecida” después de muerta. A alguien que de verdad desea morir no le importan esas “minucias”. En el fondo lo que Laura espera es “algo” que la despierte de su sopor. Me duele la soledad de la gente y como yo misma he reflexionado mucho sobre el tema supongo que es lo que pretendo, que el lector también lo haga.

Háblanos un poco sobre ti, ¿cómo y cuándo surgió tu pasión por escribir?

Yo escribo desde que puedo recordar, desde que mi padre me enseñó a hacerlo. Al principio, cuando tenía seis o siete años, me limitaba a cambiar el final de los cuentos que me contaban por las noches. Más tarde empecé a inventarme historias. Creo que el primer intento “serio” de novela surgió a los doce o trece años. Escribí bastantes páginas, y a decir verdad no sé dónde acabaron, puede que haciendo limpieza hubiesen terminado en el cubo de la basura. Cuando llegó una etapa de mi vida en que disponía de más tiempo libre retomé la escritura, que en realidad nunca había dejado. Y ahora le dedico todos los días unas cuantas horas. Si un día no puedo escribir me falta algo. Se ha convertido en una especie de droga, de adicción, pero de las buenas. Mis personajes se convierten en seres muy reales en mi vida, y cuando me tengo que despedir de ellos porque se acaba la historia lloro a mares, como si hubiese perdido a alguien muy querido.

Ya habías publicado otros libros anteriormente, ¿cómo has vivido la publicación de “Un suicidio para Laura”?

Si, había publicado antes. Unos cinco o seis libros, novelas y poesía, en formato auto publicación; muy trabajoso y solitario, y con resultados complicados.
La publicación de “Un suicidio para Laura” la he vivida con mucha ilusión, como una especie de “embarazo” espiritual en la que no veía el día de verle la cara al “niño”. Ha sido un proceso enriquecedor y del que estoy satisfecha.

¿Qué nos puedes contar sobre la experiencia de publicar con Donbuk Editorial?

Estoy muy satisfecha. En ningún momento me he sentido sola ni abandonada a mi suerte, sino muy bien asesorada y aconsejada. Me han permitido que participase en la elección de la portada, que considero que es muy bonita, y he quedado muy satisfecha con el tráiler. En conjunto ha sido una estupenda experiencia; los plazos se han cumplido según lo que habíamos hablado y la sensación es de cercanía, seriedad y profesionalidad.

Por último, ¿cuáles son tus próximos proyectos en el terreno literario?

Hace unas tres semanas terminé la segunda parte de otra novela anterior. Y actualmente estoy escribiendo dos a la vez: una que está ya bastante avanzada y otra nueva, mi “niño más pequeño”, que he empezado hace apenas una semana. Generalmente escribo casi siempre dos cosas a la vez y completamente distintas porque me permite cansarme menos al poder cambiar de registro cuando quiero; y al mismo tiempo si los personajes de una obra se me ponen muy rebeldes, me voy a la otra hasta que se aposentan y me permiten que vuelva con ellos. También continúo escribiendo poesía en mi blog, no a diario, pero si un par de veces por semana o más, depende del momento.