Entrevista a H.W.Gámez, autor de ‘Antología Mnémica’

Hoy os traemos la entrevista a H.W.Gámez, autor de Antología Mnémica, donde los recuerdos ganan protagonismo y todo gira entorno a ellos.

Esta obra recoge las reflexiones y memorias de un profesor llamado Edmundo Haschel Guacán, que se encuentra consigo mismo después de haber sido despedido del trabajo. Edmundo siente que la mediocridad siempre ha guiado su vida y decide ponerle un punto y final a eso y a la liviana pesadez que de cada vez se hace menos llevadera. Por eso, decide emprender un viaje donde tendrá tiempo de reflexionar en todo lo que ha pasado por su vida. ¿Le acompañas?

El joven escritor es H.W. Gámez (Esplugues de Llobregat, Barcelona), graduado en Filosofía por la Universidad de Barcelona, estudiante de psicoanálisis y músico amateur, consigue hacer reflexionar al lector con un buen discurso literario y una historia que engancha desde la primera página.

Dejemos que sea el autor quien nos cuente más de su obra a través de esta entrevista.

 

¿Cómo y cuando surgió la idea de escribir Antología Mnémica?

 No sabría decir exactamente cuando surgió Antología Mnémica en tanto que idea, en un principio el concepto de la novela iba a ser muy distinto, a esto se le añade que los primeros capítulos, algunos de los cuales se eliminaron al final, tienen una tónica y tono algo distinto al que tienen otros capítulos finales. Además empecé a dar vueltas a la novela cuando tenía unos quince años y esto se puede apreciar en algunos aspectos, en fin, el bagaje y las inquietudes que uno tiene en plena pubertad no son los que le asaltan cuando tiene una edad algo más madura, dando por hecho aun así que no soy una persona madura. Esto tiene su parte positiva y su parte, no negativa, pero sí difícil; por una parte le da a la obra, o al menos al carácter del protagonista, un desenvolvimiento más orgánico, una cierta “evolución”, por decirlo así, por otra parte tiene ese color que va mutando a lo largo de la novela, en cuanto al tono y al tema.

En cualquier caso, Antología Mnémica empezó a tener una estructura más definida y una linealidad argumental cuando fui resolviendo mis estudios, aclarando cuales eran los temas que me interesaban y las ideas a que quería dar vueltas, cuando estos elementos estuvieron más definidos fue cuando la novela empezó a escribirse más o menos sola.

Esto en cuanto al “cuando”, este elemento, al ser temporal, siempre resulta más sencillo, solo refiere a la época específica en que uno coge el teclado y se pone a escribir, ahora bien, el “como” ya es más complejo. El “como” no refiere solo al modo en que uno se sienta al escritorio para escribir, digo, si escribe bebiendo café, te o cerveza, si escribe fumando, en bata o en pijama; por supuesto estoy frivolizando con esto. Lo que quiero decir es que esa modalidad que es el “como” refiere de hecho al contenido mismo de la novela. Este “como” incluye todas esas escenas de la vida cotidiana que uno selecciona para su historia, también esos otros episodios de la vida de uno que, sin creer de modo consciente que los utilizará, le asaltan al escribir, entonces, al poner punto y final al párrafo, lo revisa y piensa “vaya, esto es lo que pasó tal día” o “este lugar en que tropieza el protagonista es de hecho este sitio en el que yo hizo tal o cual”; por último, el “como” también incluye esa cosa extraña que asalta cuando se escribe, lo que usualmente se llama “inspiración”, aunque soy reacio a utilizar este término de forma abusiva, a veces me resulta petulante.

¿Qué encontrará el lector en tu libro y por qué lo recomiendas?

 Me gusta pensar que mi novela no se limita a la narración de una historia sino que pretende intrusionar en diversos temas, de un modo algo explícito si se quiere, con tal de darle vueltas y extraer de un elemento teórico un goce estético. Cuando el concepto se vuelve imagen estética se produce el auténtico éxtasis, y es entonces cuando Dios baja al mundo, esto es lo que me gusta encontrar en las novelas que ovaciono y es algo así lo que yo ansío conseguir algún día, en este sentido pienso que mi novela es un ensayo para llegar en un futuro a ese concepto vuelto sensación. Por lo tanto, juzgo que mi novela tiene esos elementos, el de la narración de un argumento, el de la reflexión de ciertos temas y la persecución de una comunión entre concepto y emoción, por ello diría que mi novela es una narración hermenéutica propedéutica esteta, o sea, una historia que busca preparar para alcanzar el placer estético mediante la reflexión teórica.

Por supuesto esto es lo que yo digo de mí novela, el lector debe juzgar por sí mismo si me acerco en algo a estos factores.

En cuanto al contenido material que el lector encontrará puedo decir lo siguiente: Antología Mnémica es la historia de un hombre común que reflexiona sobre sí, es, en cierto modo, un ensayo novelado, aunque teniendo en cuenta que es mi primera novela también podrá decirse que es una novela ensayada.

Recomiendo mi novela a todo aquel que esté cansado de esos libros que son mera narración de instantes y argumentos.

HW Gamez

 ¿Qué significa para ti escribir?

 Algo que me saca mucho de quicio es que se identifique al protagonista de una novela con el autor de la novela, este es un error en el caemos muchos, me incluyo.

Yo no coincido en muchas de las cosas que opina Edmundo Haschel Guacán, pero en una ocasión, en el primer capítulo, él se plantea la misma pregunta: ¿Qué es escribir?

Coincido en este punto con la opinión de Edmundo. No quiero reproducir el fragmento, así que me limitaré a parafrasearlo y comentarlo de forma abreviada.

Escribir es un acto con doble filo, tiene una función purgante, quirúrgica, pero también quística. Uno puede escribir para vomitar inquietudes, para fijar un pensamiento indefinido y estructurarlo, en este sentido la escritura es quirúrgica porque permite focalizar una tensión o violencia interior hacia fuera, hacia el párrafo, la página, el capítulo, la novela y, finalmente, hacia el lector. Esto es bueno, permite drenar angustias que de otro modo acabarían con nosotros si no las expresáramos. Es una forma sesgada de lo que en psicoanálisis se llama sublimación.

No obstante la escritura puede funcionar en la otra dirección, quiero decir, puede ser la excusa perfecta para perdurar en la repetición neurótica de nuestras obsesiones, de este modo escribimos reiterando las fijaciones que hay en nosotros, de un modo compulsivo, escribir se convierte entonces en el ritual neurótico pero un ritual neurótico sofisticado; como el que antes de dormir apaga todos los relojes, abre todas las puertas de la casa y coloca la almohada en el centro “exáctico” de la cama, así puede tomarse uno el acto de escribir. Por esto desconfío de esa dimensión profiláctica que a veces se atribuye a la escritura, la tiene, sí, es cierto, pero puede actuar como todo lo contario.

Esto se puede apreciar en muchos grandes escritores, creo que Kafka es el ejemplo más claro de este acto compulsivo de escribir, por eso en sus novelas vemos siempre los mismos elementos: miedo a la castración, sumisión a la autoridad, naufragio en un mundo que no ha sido articulado por nosotros y que parece indómito, que en sus novelas adopta la forma de la burocracia…

Pero en fin, otros muchos escriben así, Philip Roth, Marcel Proust, etc.

La escritura y la lectura es mucho más peligrosa de lo que suele creerse, un ejemplo ficticio es el Quijote, un ejemplo real es Hölderlin.

Escribir, para mí, es esto, una autodestrucción bidireccional, destruir quirúrgicamente la fijación y a la vez destruir la salud mediante la reiteración de la fijación, ahora bien, escribir no es solo esto, pero no podemos hablar de esto aquí, eso daría para un ensayo entero, o más bien, para volúmenes y volúmenes de filosofía.

¿Cómo ha sido la experiencia de publicar este libro?

 Una frustración y decepción constante: la búsqueda de editoriales que acepten manuscritos, el envió de cartas de presentación y propuestas editoriales que no reciben respuesta, las respuestas a cartas de presentación y propuestas editoriales negativas; la espera al fallo de concursos, los concursos perdidos…

¿Y de publicar con Donbuk?

 Como tomarse un antiinflamatorio teniendo migraña. La alegría de ver que una editorial se interesa por ti y que valora tu trabajo, sin que sea una argucia para sacarte los cuartos, porque también ocurre que imprentas autodenominadas editoriales te ofrecen un contrato “alibabeño” sin que se hayan leído ni siquiera el manuscrito; es una felicidad.

Con Donbuk recibí atención, trabajo editorial y la tranquilidad de saber que existe todo un trabajo de marketing, publicidad y visibilidad que hace posible que nuestras novelas no queden sumergidas en la masa de las publicaciones.

¿Qué tienes planeado de cara al futuro en el terreno literario?

 Quiero seguir publicando y hacerme un hueco en el mundo literario, ya antes de publicar con Donbuk empecé una segunda novela, en la que sigo trabajando; de momento estoy satisfecho con ella y creo que llegará a buen puerto. Pretendo que se aleje de Antología Mnémica, no quiero escribir un refrito de algo ya tratado, pero siempre manteniendo un tono coherente con lo que me interesa y preocupa.

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